El camino de los escritos etnográficos o relacionados con la antropología, su desarrollo y evolución, parece largo y plagado de idas y vueltas estilísticas o conceptuales entre los autores que se han dedicado a estos. Así, al menos, lo muestra Geertz. Es entendible ( y lógico) que los primeros escritos hayan sostenido un estilo que intentaba emular al resto de las ciencias, igualando sobriedad, mecanicismo, y detallismo material con veracidad y credibilidad (incluso rigurosidad científica) del texto.
Lo que resulta menos evidente es que la discusión pasa por la forma en que el antropólogo (o quien quiera que sea el observador) comunica su descubrimiento (el estilo que utiliza, que tipo de texto es conveniente, etc.) y no por cómo esto refleja la forma en que percibe el objeto de su estudio. No debería preocupar tanto (hoy) la forma fría y distante que tienen algunos de describir sus impresiones, sino pensar en que es esa la forma en que han abordado su objeto de estudio y que desde allí lo han observado. La forma de narrar, en definitiva, es una consecuencia de cómo uno observa, y he aquí el quid de la cuestión. La discusión de fondo es qué es lo que se considera científico y qué no y si se pueden continuar observando/estudiando a los tikopis como si de placas tectónicas se trataran.
1 comentarios:
"No debería preocupar tanto (hoy) la forma fría y distante que tienen algunos de describir sus impresiones, sino pensar en que es esa la forma en que han abordado su objeto de estudio y que desde allí lo han observado. "
Me gustó esta observación. Tenéz razón, ahí está el eje, en la forma en que se aproximan a la gente. Sobre todo pensando en que son antropólogos que han realizado observación participante, una experiencia en la que uno no puede evitar involucrarse muy profundamente, a partir de la convivencia y las vivencias compartidas, con su objeto-sujeto de estudio (que, como bien señalás, no es una placa tectónica, sino una persona).
El distanciamiento a la hora de sistematizar lo vivido es una instancia posterior y muy complicada. Quizás esa aparente frialdad y cientificidad sean también una estrategia para crear distancia, además de una vía para legitimarse como ciencia frente a las posturas positivistas que imponen ciero estilo, ciertos géneros como los únicos válidos para considerar a un texto como "de rigor científico".
Saludos!
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