domingo, 11 de julio de 2010

Extrañamientos (Notas sobre los textos de Chejov, Borges y Carver)

Extrañamiento. Secuencias cortas, imágenes rápidas, situaciones opacas. No hay grandes desfiles, ni espectáculo de voces, lugares y acciones. Lo que hay, es. Y de tan reducido, resumido, simplificado, algo hace impacto. Tan fuerte y tan rápido que cuesta ver qué es.

Dos miserables marinos observando la miseria (permitida, tolerada, legal) ajena se mezclan con un hombre que cuenta la historia de su propia cobardía; lo hace tan cobardemente que tiene que reservar su identidad hasta el final de la historia. Un fracasado decide ( ¿Qué decide?¿Qué hace?) sacar sus muebles a la calle y bailar con unos jóvenes ( ¿Es eso lo que verdaderamente pasa?).

Algunas historias transcurren como una máquina que funciona mal y sin que podamos encontrar cual es el engranaje que hace ese ruido tan molesto. De todas formas, la máquina anda, las correas se tensan, los platos giran, las válvulas se abren y nada explota, nada se mueve. Terminamos descubriendo que tampoco sabemos para qué sirve esa máquina ni por qué está ahí.

Quizás son este tipo de historias las que más se parezcan a aquellas que suelen ser vividas por casi todos, en los lugares y tiempos que sea. Quizás por eso se busque algo más en esas historias, en los cuentos, en las novelas: algo especial. No puede ser tan simple, no puede no esconder algo, no puede ser tan parecido a nosotros. No pueden ser, nuestras vidas, esas historias.

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